Resumen del libro: «Casa, árbol, persona»
El test de la casa, del árbol y de la persona, es una técnica proyectiva gráfica, utilizada mucho en psicología, y conocida comúnmente como H.T.P., que son las siglas de su nombre en inglés (house, tree, person).
El creador de dicho test fue John Buck (psicólogo estadounidense), quien lo creó en el año 1948.
En las técnicas proyectivas gráficas, el individuo justamente “proyecta” sobre el papel, determinados aspectos o características de sí mismo (conocidas por él o no), de forma totalmente involuntaria e inconsciente.
Con la interpretación de cada uno de estos dibujos, podemos evaluar la personalidad desde varios aspectos (familiar, afectivo, emocional, autoestimativo, etc.).
Debemos recordar que los dibujos son representaciones, y no reproducciones.
El sujeto dibuja lo que siente, y tiene incorporado como modelo; y no lo que ve desde un punto de vista objetivo, ya que en forma inconsciente, reproducimos las imágenes que tenemos fijadas en nuestro cerebro, y las que mejor nos representan empáticamente.
Con los dibujos proyectamos la manera de vernos a nosotros mismos, y el ideal de cómo nos gustaría ser y cómo nos gustaría que realmente nos vieran.
En este test no se analiza el aspecto estético o destreza de los dibujos, por lo cual, el sujeto no necesita una capacidad o habilidad artística especial, ni experiencia previa en este sentido.
Es importante, cuando se toma una prueba gráfica, tener en cuenta lo siguiente:
- Las interpretaciones y significados de cada ítem, son orientativas, no definitorias o concluyentes por sí mismas, por lo cual se deben adecuar a cada individuo o situación particular.
- No basarse solo en un signo particular. Cada ítem contiene varias posibles significaciones, y se debe relacionar y corroborar con otros indicadores para llegar a una conclusión acertada.
- Tener en cuenta la edad y nivel evolutivo del analizado, dado que hay características que a cierta edad son normales o esperables, y en otra edad pueden ser patológicas.
Para la realización de este test, se le entrega a la persona una hoja en blanco sin pautas, de tamaño carta o A4 (de 80 gr), y un lápiz negro (preferiblemente nº 2 HB – tipo Faber, de mina semi-dura), con algunas hojas extras por debajo para que sirvan de base y no se apoye la hoja directamente sobre la mesa.
No se permite regla u otro tipo de ayuda mecánica. El dibujo debe ser manual.
La primera hoja se entrega en forma horizontal o apaisada, y se le pide al sujeto que dibuje una casa.
Cuando termina, se retira esa hoja y se le entrega otra en forma vertical, pidiendo que dibuje un árbol.
Al finalizar, se retira esta segunda hoja, y se le entrega la tercera, también en forma vertical, pidiendo que dibuje una persona, sin indicar el sexo de la misma.
No se toma tiempo en este tipo de técnicas, pero en general es un test que no suele ni debería durar más de 20 o 30 minutos.
Antes de evaluar cada test es importante ver la impresión total o general del dibujo, lo que se denomina en psicología “visión gestáltica”.
Esta primera impresión nos provoca sentimientos de aceptación o rechazo, que es importante tomar en cuenta. Es recomendable registrar los detalles que sobresalen del contexto o que nos llaman la atención.
Luego de esta primera impresión o visión general, pasamos al análisis de lo que Hammer denomina “pautas formales” y “pautas de contenido”.
Pautas Formales: son los ítems generales que observamos y analizamos en todos los tests gráficos, y que se refieren fundamentalmente a las reglas grafológicas. Estas pautas formales en general, son las que sufren menos cambios.
Pautas de Contenido: es el análisis detallado de las partes de los dibujos con los significados o interpretaciones específicas de cada una.
Las pautas formales son las características generales o comunes que tenemos que analizar en todos los dibujos, antes de empezar con las partes o signos particulares de cada uno.
Estas características tienen que ver con el simbolismo del espacio que se utiliza para todas las técnicas gráficas, y con los indicadores de los trazos y sus clasificaciones.
Recordemos que la hoja simboliza el medio ambiente donde nos desenvolvemos, y la ubicación de los trazos o dibujos representan cómo nos movemos y organizamos dentro de ese ambiente.
Haremos entonces una primera división en la hoja, que es en forma longitudinal, quedando tres partes iguales: zona superior, media e inferior.
La segunda división, separa tres sectores en forma vertical, quedando una zona izquierda, una media y otra derecha.
Las interpretaciones de estas zonas son las siguientes:
Zona superior (1). Zona de lo intelectual, lo mental, los ideales, la fantasía, la imaginación, las aspiraciones, la energía, el mundo de las ideas, lo espiritual, el entusiasmo, el optimismo y la euforia.
Zona media (2): Zona de los afectos, sentimientos, emociones, simboliza el YO, el presente, lo cotidiano, predominio emotivo.
Zona inferior (3): Zona de los impulsos e instintos, lo biológico, las necesidades básicas, lo material, lo concreto, lo motriz, lo sexual y lo inconsciente.
Zona izquierda (4): Zona correspondiente a las vivencias del pasado, a la figura materna, por ende, a la dependencia con su imagen o modelo, a la historia infantil y a las experiencias infantiles, a la introversión, desconfianza, al origen de los actos y actitudes, a los recuerdos. Es la zona del refugio, la pasividad y la protección.
Zona central (5): Zona del presente, del aquí y ahora, de la realidad inmediata.
Zona derecha (6): Zona de la extraversión, del futuro en cuanto a proyectos, de la sociedad, de la integración con el medio ambiente, de la progresión, de la confianza en la resolución de dificultades. Es la zona de identificación con la figura paterna, de la actividad y de la expansión vital.
PAUTAS FORMALES
- ubicación en la hoja o emplazamiento
- tamaño o dimensión del dibujo
- tipo de trazo
- presión
- claridad del dibujo
- dinamismo, movimiento
- calidad del dibujo
- secuencia
1) Emplazamiento: tiene que ver con la ubicación del dibujo en la hoja, y las interpretaciones se relacionan con lo antedicho sobre el simbolismo del espacio.
2) Dimensión: se interpreta el nivel de expansión, autoconfianza, autoestima y vitalidad.
Grande: autoconfianza, seguridad, expansión, vitalidad, extraversión, vanidad, necesidad de reconocimiento.
Muy grande: invasión, falta de límites, exhibicionismo, expansión desmedida, inadaptación.
Pequeño: modestia, sencillez, baja autoestima, inhibición, timidez, introversión, tendencia a la concentración y observación.
Muy pequeño: miedo, inseguridad, sentimientos de inferioridad, tendencia al aislamiento, excesiva minuciosidad.
Normal: equilibrio entre introversión y extraversión, grado normal de vitalidad y autoestima.
3) Tipo de trazo: se evalúa el grado de firmeza o determinación, la seguridad en las decisiones y en si mismo. Algunos de ellos son:
Trazo ancho: energía, vitalidad, sensualidad.
Trazo fino: sensibilidad.
Trazo firme: seguridad, firmeza, constancia, autoconfianza.
Vacilante, débil: debilidad, dudas, temores, delicadez, incertidumbre, probable enfermedad.
Dentado o con puntas: irritabilidad, tensión, emotividad mal controlada, explosividad, susceptibilidad.
Tembloroso: senilidad, probable enfermedad o adicción.
Reforzado: ansiedad, inseguridad.
Confuso: pensamientos poco claros, autoinsatisfacción, incertidumbre.
Trazos rectos: firmeza, autoafirmación, predominio mental o racional, autocontrol.
Trazos curvos: predominio emocional, afectividad, adaptación.
Trazos angulosos: voluntad, tenacidad, espíritu de lucha, resistencia a las dificultades, agresividad.
4) Presión: refleja el caudal de energía vital, la energía psicofísica del sujeto, la potencia de la libido, de los impulsos realizadores, la fuerza de las tendencias, el grado de voluntad y resistencia a las presiones o dificultades. La presión obviamente está relacionada con la salud.
Fuerte: en positivo refleja gran potencia psicofísica, seguridad, autoconfianza, resistencia a las presiones y dificultades. En negativo puede ser tensión excesiva, energía mal controlada, agresividad.
Normal: buen caudal energético, vitalidad, actividad.
Débil: energía deficiente, labilidad, falta de iniciativa y de decisión, timidez, vacilación, inseguridad, sensibilidad, impresionabilidad, receptividad.
5) Claridad del dibujo: tiene que ver con la nitidez y precisión de los trazos, no con la habilidad artística. Nos referimos a la armonía entre trazos y espacio blanco, a la buena delimitación del trazado, a la ausencia de emborronamientos y complicaciones.
Claro: no hay complicaciones, ni borrones o confusión de trazos. El dibujo está completo y los trazos son nítidos. Simboliza objetividad, organización, claridad de ideas.
Confuso: trazos confusos, reforzados, accesorios, sombras, complicaciones, emborronamientos. Simboliza pensamientos poco claros, subjetividad, confusión en las ideas. Los afectos y emociones interfieren en la objetividad de los juicios y pensamientos.
A menudo los artistas suelen realizar dibujos confusos, como forma de diferenciación, originalidad e individualización.
6) Dinamismo, movimiento: representa el grado de plasticidad, flexibilidad, adaptación y afectividad.
En general, es poco común que en los dibujos aparezca movimiento, sobre todo en adultos. Los chicos suelen realizar con más frecuencia personas caminando, pájaros volando, animales corriendo, etc.
Dibujos con movimiento: representan actividad, iniciativa, dinamismo, plasticidad o flexibilidad, confianza en sí mismo, capacidad de lucha, actitud resuelta, vitalidad, seguridad, optimismo, extraversión. Debemos observar que el movimiento sea armónico, con trazos firmes y equilibrados, y no exagerado o enfatizado.
Dibujos estáticos: se interpretan como pasividad, rigidez, actitud defensiva, dificultades de adaptación, control emocional, sumisión, puede ser tendencia a la depresión, a la resignación o claudicación, incapacidad para enfrentar y combatir obstáculos y conflictos, renuncia a realizar esfuerzos, dependencia
7) Calidad del dibujo: se relaciona con la armonía, equilibrio, fluidez en los trazos, nitidez, etc. No depende de la capacidad artística sino de la madurez psicológica. Un dibujo que transmite un buen ajuste a la realidad, está formado por líneas fluidas, decididas y bien controladas.
Dibujos simples o simplificados: Representan objetividad, capacidad de síntesis, organización, claridad y agilidad mental, capacidad para poder analizar y reflexionar, rapidez de reacción, aprovechamiento del esfuerzo.
Dibujos pobres: pobreza de expresión, vacío interior, fatiga, abatimiento, inseguridad, torpeza, muchas veces originadas estas últimas por un bajo nivel evolutivo.
Dibujos elaborados, originales: capacidad artística, elaboraciones con individualidad y personalismo, detallismo, cuidado en las ejecuciones, tendencia a la imaginación y fantasía, creatividad.
Dibujos complicados: ansiedad, extravagancia, exhibicionismo, exceso de fantasía, pensamiento complicado.
Dibujos muy perfectos: gran meticulosidad en la ejecución. En algunos casos, la persona está en estado de alerta continuo para controlar sus impulsos, y no se permite fluir libre o espontáneamente. Se observa una sensación de rigidez total. Indicaría estructuración de la personalidad, falta de adaptación y de naturalidad, tendencia obsesiva, exceso de escrupulosidad y detallismo.
8) Secuencia: permite evaluar el curso del pensamiento (si hay alguna perturbación o no), el impulso o energía de la persona, y el control que la misma ejerce sobre esos impulsos.
La secuencia se evalúa no solo en cada dibujo, sino en el transcurso de los tres dibujos o consignas. Obviamente hay que observar al entrevistado mientras está dibujando.
Secuencia normal en el dibujo de la persona, es comenzar por la cabeza y seguir hacia los pies, pues la cabeza simboliza el YO, como centro del pensamiento y de todos los estímulos y acciones.
Esto indicaría un curso de pensamiento normal, con una idea previa que antecede a la acción, en sí, una buena adaptación si se corrobora con otros signos.
Distorsiones en la secuencia sería por ejemplo, comenzar el dibujo de la persona por los pies y terminar con la cabeza; o comenzar un árbol por los frutos o las hojas; o la casa por las ventanas.
En estos casos hay una perturbación que no permite un discurrimiento normal de las ideas o juicios. También puede darse este caso en personas con complejos físicos o sentimientos de inferioridad (minusvalías reales o fantaseadas), o en trastornos en las relaciones interpersonales.
PAUTAS DE CONTENIDO
CASA
Representa:
- las relaciones interfamiliares
- la percepción de la vida hogareña
- situación familiar
- la imagen de uno mismo
Las partes de la casa representan básicamente lo siguiente:
Techo: área de la fantasía, lo mental, espiritual e intelectual.
Tejas: control de esa fantasía, tipo de pensamiento.
Chimenea: relacionado con lo afectivo y sexual.
Humo: representa el calor de hogar, la calidez y afecto, y también tensiones y presiones ambientales.
Paredes: se interpretan como la fortaleza del YO, el sostén de la personalidad.
Puerta: es la vía de comunicación con el medio y la integración social.
Ventana: sería un modo secundario de interacción con el medio ambiente.
Camino: representa el acceso a la intimidad.
Suelo: simboliza la estabilidad y el contacto con la realidad.
ÁRBOL
Representa lo más profundo e inconsciente de la personalidad.
Las partes del árbol representan básicamente lo siguiente:
Tronco: simboliza la fuerza del YO y el sostén de la personalidad (como las paredes en la casa), se observa la sensación que la persona tiene acerca de su poder básico y su fortaleza interna.
Corteza: separa lo interno de lo externo, sería la actitud con la que nos mostramos.
Raíces: se relacionan con el mundo instintivo, lo inconsciente, los sentimientos de arraigo.
Suelo: representa el contacto con la realidad, tiene que ver con la estabilidad.
Ramas: indican el contacto con el medio, las aspiraciones y la capacidad para obtener satisfacciones del ambiente.
Copa: revelan el mundo de las ideas y el autoconcepto.
FIGURA HUMANA
Representa:
- el autoconcepto
- el ideal del yo
- la representación o identificación con alguien significativo
Las partes de la figura humana, representan básicamente lo siguiente:
Cabeza: localización del YO, inteligencia, comunicación, imaginación
Cara: expresión, rasgos sociales, comunicación
Cabello, pelo: sexualidad, virilidad, sensualidad.
Ojos: comunicación social y percepción del mundo
Boca: expresión, sensualidad y sexualidad, comunicación verbal, nutrición
Mentón: energía, fortaleza y potencia vital
Nariz: símbolo sexual
Orejas: conflictos especiales, tendencias paranoides
Cuello: control intelectual de los impulsos
Tronco: impulsos, necesidades y tendencias básicas
Hombros y caderas: grado de masculinidad o feminidad de las tendencias
Senos: nutrición y protección, dependencia
Brazos: adaptación e integración con el medio
Manos y dedos: contacto con los demás, manipulación de objetos
Piernas: contacto con la realidad, sostén, estabilidad y seguridad
Pies: sexualidad, agresividad
Vestimenta: apariencia
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